

Las máximas festividades religiosas de San Luis finalizaron este miércoles en las localidades de Villa de la Quebrada y Renca, consagradas a los Cristos Milagrosos que se veneran en cada lugar, en las que se congregaron más de 200 mil personas desde que comenzaron las novenas el 28 de abril hasta este 3 de mayo, día central de los festejos en ambas localidades.
Fue una semana de celebración que combinó la fe y cultura popular para agradecer al Cristo las promesas realizadas.
También fue un gran polo comercial, donde más de 400 feriantes de distintos puntos del país ofrecieron sus productos artesanales, industriales y gastronómicos para los miles de visitantes que se acercaban a las pequeñas villas.

El obispo diocesano de San Luis, monseñor Gabriel Barba, presidió ambas celebraciones y en el caso de Renca, localizada 140 kilómetros al noreste de San Luis, ofició la misa y presidió la procesión en horas de la mañana y por la tarde lo hizo en Villa de la Quebrada.

En las homilías, el prelado puso énfasis en el amor al prójimo, en seguir transmitiendo la fe a las próximas generaciones manteniendo las tradiciones que nos une como pueblo y pidió fortalecer los vínculos humanos.
También destacó los 40 años que cumple la democracia en nuestro país y les contó a los políticos que presenciaban la misa del documento que escribieron 120 obispos de la Argentina, para los dirigentes que tienen responsabilidades.

“En este año electoral que coincide con los 40 años de nuestra democracia, le pedimos a todos los ciudadanos y dirigentes cuidarla, protegerla y fortalecerla porque es una responsabilidad de todos para el bien de nuestra patria”, destacó.
También enfatizó la importancia de recuperar la esperanza y la unidad para salir adelante sin olvidar la presencia de Dios.
“Siempre estamos viviendo momentos difíciles en diferentes aspectos, pero mientras haya vida hay esperanza y es ahí donde hay que profundizar”, finalizó.

Culminado la homilía, el obispo junto a los fieles recorrieron las calles que rodean la plaza central de las localidades, acompañando la imagen del Cristo escoltado por una agrupación gaucha.
