
El reacomodamiento en la política cordobesa continúa, y en esta ocasión, la atención se centra en el sanfrancisqueño Mariano Almada, quien asume un nuevo rol en la administración provincial después de los recientes ajustes en el organigrama de la Municipalidad de Córdoba.
Este movimiento es parte de una tendencia en la que funcionarios municipales se integran a la órbita provincial, en un contexto de achicamiento en el Palacio 6 de Julio.
Mariano Almada, hasta hace apenas cuatro meses secretario de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, fue confirmado esta semana como el nuevo secretario de Relaciones Institucionales y Culto del Gobierno provincial. Esta designación lo coloca directamente bajo la órbita del gobernador Martín Llaryora, representando un ascenso jerárquico tras su discreta salida del gabinete municipal.
La reestructuración en la Municipalidad de Córdoba, anunciada en abril por el intendente Daniel Passerini, implicó una significativa reducción.
La Secretaría de Cultura, que dirigía Almada, pasó a depender de la estructura de Fortalecimiento Vecinal, liderada por Héctor “Pichi” Campana, degradándose a subsecretaría. Esta decisión formó parte de un recorte general del Gabinete, que pasó de 14 a 10 secretarías, y una reducción del total de funcionarios a 388 cargos.
Tras estos cambios, Almada permaneció en el municipio bajo la órbita de Campana hasta fines de mayo. Sin embargo, a principios de julio, el intendente Passerini decidió su salida definitiva del organigrama municipal, abriendo las puertas a su nuevo destino provincial.
Almada, reconocido por su trayectoria, especialmente por haber concentrado el manejo del área de Comunicación y Prensa del municipio durante la anterior gestión, mantiene vínculos estrechos con el equipo de Llaryora. Ahora, se integra al Ministerio de Gobierno, conducido por Manuel Calvo, donde compartirá gabinete con figuras como Orlando Arduh, secretario de Cooperación Institucional, y Jorge Montoya, a cargo de Relaciones Políticas de la Provincia.