Milei quiere neutralizar los sindicatos y que vuelvan las Afjp, Llaryora le quiere abrir la agenda a sectores productivos

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El «Pacto de Mayo» no nace muy promisorio a menos que el presidente Milei modere sus pretensiones y muestre una mayor apertura, lo que no se nota demasiado en las diez propuestas presentadas para el debate del encuentro en Córdoba.

Básicamente lo que quiere Javier Milei es un avance profundo sobre las leyes laborales, pensadas para proteger a los trabajadores, eliminando, entre otras definiciones, la participación de los sindicatos en los convenios e trabajo, es decir volver a la Argentina previa al peronismo; además el primer mandatario incluye en la convocatoria la posibilidad de la «jubilación privada», que no es otra cosa que el regreso de las Afjp, es decir la ruptura del sistema jubilatorio solidario que hoy tiene nuestro país.

También anunció una serie de «medidas anticasta» que en general se enfocan en la actividad política; la realidad es que tanto esto último como lo anterior, excepto la reforma laboral donde habría que revisar con lupa el proyecto de Milei, puede ser discutible para la Argentina de hoy; es verdad que en los últimos años, no veinte sino más de treinta, ha habido excesos que deben ser corregidos; es verdad que la corrupción es un flagelo que destruye al país, aunque en este punto es necesario agregar un tema que jamás menciona Milei, la corrupción empresaria, porque como dice cualquier manual en la materia para que exista corrupción tiene que haber dos partes; y también es verdad que hay que revisar el funcionamienro de un estado elefantoide que se ha ido deformando con el paso del tiempo.

Sin embargo, como dice el Gobernador de Córdoba Martín Llaryora, mucho más importante que lo anunciado por Milei es lograr un pacto que promueva la producción y el trabajo, dos temas que tampoco jamás menciona el presidente; es por eso que para que el «Pacto de Mayo» sea verdaderamente un acuerdo que le sirva a los argentinos y no un evento sólo apuntado a satisfacer los caprichos de Milei, donde se mida «quienes son los verdaderos patriotas» según su vara y se quiera someter a escarnio público a quienes no avalen sus pretensiones, es necesaria una apertura importante.

Como también dice Llaryora, para Mayo falta mucho, y dependerá una vez más de la actitud del presidente que la auspiciosa convocatoria sea un hito para la Argentina o muera antes de nacer.

Daniel Ponce

Director de Política Córdoba Verdad